DESIGUALDAD

En México, desde el año 2012, se elevó a rango constitucional el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento (DHAyS). El Artículo , párrafo 6to, establece: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”.  

No obstante, esta reforma trascendental se ha incumplido. El Transitorio Tercero mandato que “El Congreso de la Unión, contará con un plazo de 360 días para emitir una Ley General de Aguas”, han pasado nueve años y el Estado Mexicano y las autoridades del agua no han emitido una nueva Ley General de Aguas (LGA), que transversalice y garantice los Derechos al Agua y al Saneamiento, su acceso equitativo y sustentable. Ni garantías que aseguren que el agua tenga como uso prioritario el consumo humano, la protección de los ecosistemas, la soberanía alimentaria y la salud por encima de cualquier otro uso de negocio. 

El Derecho al Agua contiene dos principios rectores: la equidad y la sustentabilidad. La desigualdad en su acceso expresa el poder de unas personas sobre otras, por ejemplo el poder político, económico, adquisitivo, social, entre otros. La desigualdad social se refiere a las condiciones, la calidad de vida de las personas y la inequidad en el acceso a servicios fundamentales para la vida como el agua limpia.

Cuando hablamos del agua como elemento fundamental para la vida, debemos preguntarnos ¿Quiénes son las personas más afectadas? y carecen del acceso a los servicios básicos de agua y saneamiento. De acuerdo con la ONU, en las ciudades, las personas pobres que viven en asentamientos informales que no cuentan con servicios de agua, pagan de 10 a 20 veces más por el agua que las personas que viven en barrios más ricos, por un servicio de igual o menor calidad prestado por vendedores o camiones cisterna. 

Te presentamos algunos datos de la realidad del acceso al agua en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) y te invitamos a exigir su distribución equitativa para toda la población.

Desigualdad en el acceso y distribución del Agua en el AMG

La Observación General No. 15  sobre el Derecho al Agua, en su Artículo I.1 establece que «El Derecho Humano al Agua es indispensable para una vida humana digna». La Observación nº 15 también define el Derecho al Agua como el derecho de cada persona a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para su uso personal y doméstico.

Sin embargo, los datos del INEGI en su reciente censo 2020 contabilizaron que en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), existen 387,493 personas que no tienen agua.

Los datos del INEGI son los más recientes y actualizados. Lo cierto es que para realizar esta investigación solicitamos esta información a todos los municipios del AMG, al Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) y a las autoridades del agua del estado de Jalisco y la información fue incompleta o inexistente en un área tan sensible y fundamental para la vida.

Las realidades de la desigualdad en el acceso al agua

Existen muchas realidades que muestran cómo se vive el acceso a la desigualdad y la distribución del agua en el (AMG), en donde las autoridades estatales, municipales y el SIAPA no garantizan y se desentienden del cumplimiento al Derecho Humano al Agua y al Saneamiento.

Vivir de pipas y tandeos en el AMG

El acceso, cobertura y distribución del agua en el AMG es deficiente y desigual. Mientras existen zonas en la ciudad con un servicio permanente del vital líquido que consumen grandes cantidades de agua,  otras, las más empobrecidas o que se han expandido sin orden y una planeación adecuada reciben abastecimiento por pipas y tandeos en un contexto en donde pareciera que vivir así es  “normal” o “está bien”.

El suministro de pipas para abastecer de agua, a colonias donde no existen redes o existen redes de tubería sin agua conlleva: insuficiencia, alto costo, malas condiciones de almacenamiento, baja calidad, etc. El costo social, económico y de salud pública relacionado a esta carencia en el servicio de agua, no ha sido evaluado.

La ONU asegura que las personas que sufren discriminación por motivos de género, edad, condición social o pertenecen a una minoría religiosa, ética o lingüística tienen menos probabilidades de tener acceso a los servicios de agua y saneamiento. Desde la perspectiva del Derecho al Agua y Saneamiento cada persona debe disponer de agua suficiente de manera continua para su uso personal y doméstico pero esto no sucede en el AMG en donde los tandeos de agua son una política pública instalada en la vida cotidiana de las personas.

Los costos de la desigualdad

El negocio de las pipas, la calidad del agua y  su regulación es una tarea pendiente en Jalisco. Los recursos que los gobiernos municipales destinan son elevados, sin considerar los recursos que  las familias sin acceso al agua tienen que pagar para poder acceder a ella. Se requiere de una restructuración a fondo del modelo de gestión del agua y sus políticas que permita avanzar en la cobertura, acceso y distribución del agua en la gran metrópoli.

El suministro de pipas para abastecer de agua, a colonias donde no existen redes o existen redes de tubería sin agua conlleva: insuficiencia, alto costo, malas condiciones de almacenamiento y baja calidad. El costo social, económico, ambiental y de salud pública relacionado a esta carencia en el servicio de agua, no ha sido evaluado.